La prevención siempre ha sido prioritaria en nuestra intervención. Tanto en su modalidad específica como inespecífica se ha trabaja con un modelo integrador basado en la interacción producida entre los tres elementos que mantienen relación con el fenómeno del consumo de drogas: sustancia, individuo y contexto.
Han sido muchos los programas que hemos desarrollado a lo largo de los años: prevención familiar, laboral, educativa, con jóvenes, en autoescuelas, en gimnasios, con otros profesionales (policía local, personal sanitario, etc.), en la comunidad, en los medios de comunicación, ocio saludable, etc.
El objetivo común a todos ellos siempre ha sido, de acuerdo con el propuesto por la OMS, «evitar, reducir y/o retrasar el abuso de sustancias o, en caso de haberse producido, reducir al mínimo las consecuencias negativas de tal abuso».